La Fiesta de la Primavera rescata una tradición y enaltece nuestros valores

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Por el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz.

El invierno empieza a despedirse y en Talca nos preparamos para una nueva estación, una que -de manera muy especial- nos acerca a todos como sociedad. En nuestra capital regional es la época propicia para unir particularmente a los amigos, familiares y vecinos en una celebración que tantos nos pidieron rescatar: la Fiesta de la Primavera.

Las fiestas conectan a las personas entre sí, une grupos humanos diversos. Es también memoria e historia, genera recuerdos comunes y esperanzas colectivas, además de afirmar los valores que definen nuestra cultura.

En el caso del rescate de la Fiesta de la Primavera hemos logramos grandes avances, al recuperar los espacios púbicos para las familias talquinas y poner en el centro de esta celebración a los adultos mayores, quienes forjaron el Talca en que vivimos hoy.

En esta celebración demostramos que las familias pueden participar junto a su comunidad, apropiándose de sus barrios, pero, sobre todo, mostrando que una tradición de antaño vuelve en la actualidad con la misma o más fuerza que tuvo en el pasado.

En el 2017, tras un largo proceso de trabajo participativo con los distintos sectores y barrios de la ciudad, logramos revivir esta festividad altamente masiva, con una comunidad protagonista.

Ya hemos celebrado cinco malones preparativos para nuestra versión 2018, y en cada sector se ha escogido a las candidatas de su territorio a Reina de la Primavera y Reina de la Tradición. Es realmente un agrado compartir junto a ustedes en este tipo de actividades, y ver su compromiso en cada una.

Lo más importante de esta Fiesta de la Primavera es lograr involucrar y comprometer a los vecinos de la comuna. Un gran desafío para todos los que trabajamos arduamente en la organización de esta actividad.

Como alcalde de Talca, tengo el compromiso de promover, difundir y perpetuar lo auténtico, lo nuestro. Durante las fiestas celebramos lo que sentimos, la devoción que compartimos y que queremos seguir compartiendo. Nuestros antepasados nos han dejado un legado repleto de significado, y nosotros queremos que perviva en los corazones también de las generaciones futuras.